La listeriosis es una infección debida a la bacteria
Listeria monocytogenes. Una zoonosis poco frecuente en humanos, pero
extremadamente grave. Tiene poca morbilidad, pero muy alta mortalidad (30%) que
en el caso de grupos sensibles se eleva aún más (hasta un 70%).
La contaminación tiene lugar, generalmente, durante el
consumo de alimentos que contienen la bacteria responsable de la enfermedad.
Entre estos alimentos están la leche cruda, queso elaborado con esta leche,
carne cruda o mal cocinada, verduras crudas, embutidos, patés, quesos frescos o
poco curados (camembert, brie...). La mujer puede transmitir el bacilo al feto
durante el embarazo (por medio de la placenta) o en el momento del parto.
Hay de 2 a 7 casos por cada millón de habitantes.
Tiene un período de incubación muy largo, unas 5 semanas, siendo muy difícil
rastrear el alimento que lo provocó. La susceptibilidad es mayor en niños,
ancianos, embarazadas e inmunodeprimidos. Los síntomas son una primera forma
intestinal asintomática parecida a la gripe, y después:
-Embarazadas: aborto, incluso a término, o nacimiento
de niños con septicemia.
-Niños, ancianos e inmunodeprimidos: grave tendencia a
la septicemia, meningitis, endocarditis y neumonía.
-Adultos sanos: meningitis, meningoencefalitis y
trastornos respiratorios.
Tratamiento.
La listeriosis se trata con la asociación de dos
antibióticos durante un período de 3 semanas, aunque hay que tener en cuenta el
alto índice de mortalidad.
Para evitar contraer la infección durante el embarazo,
hay que tomar algunas precauciones alimentarias, como: evitar consumir las
verduras crudas o poco cocidas, preferir los embutidos envasados a los que se
venden cortados al momento, volver a cocer los alimentos conservados en el
refrigerador, no consumir la envoltura o la parte exterior de los quesos de
pasta blanda, hervir la leche cruda o pasteurizada antes de consumirla y no
fiarse de los productos artesanales.
Por otro lado, es aconsejable lavarse las manos
después de haber manipulado los alimentos crudos y limpiar y desinfectar
regularmente el refrigerador.
A pesar de los cuidados que yo lleve, de no consumir
cosas caseras, fijarme en quesos, si estaban sin pasteurizar, preguntando en
bares si las mayonesas eran caseras o envasadas, cocinándolo todo bien…
Vamos lo normal pero sin ser una obsesiva compulsiva y
me toco. Se cruzó en mi camino la bacteria, no sé en qué momento, ni en que
alimento, ni donde. Pero me arrebato a mi bebe, mi hijo, mi vida, por lo que había
soñado. Un niño precioso que ya me hacía saber cada día que estaba ahí con sus
pataditas.
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